Primero hay que explorar la tradición; luego hay que superarla.
Experimentación: un terreno de formación de la pasión.
La intuición que viene de conocer el producto a la perfección.
La calidad total es un requisito fundamental.
Estos son solo algunos de los valores que Lavazza comparte con los mejores chefs italianos y extranjeros de la actualidad: el compromiso constante de la empresa con la excelencia y su gusto por la investigación han encontrado su complemento perfecto en el mundo de la alta cocina. Todo comenzó en 1996, con el lanzamiento de la colaboración Lavazza-Slow Food, y continuó con la asociación con la Universidad de Ciencias Gastronómicas de Pollenzo, para la que el Training Center Lavazza se convirtió en sede universitaria de las maestrías en torno al café.
Fue el Training Center, con su división especializada en experimentación de productos, el que dio en 1998 impulso adicional al vínculo de Lavazza con el mundo de la alta cocina. Las ideas intuitivas del equipo Lavazza se transformaron en nuevas formas de disfrutar el café.
La afinidad con el espíritu innovador y atrevido de los chefs italianos e internacionales más célebres, estrellas de la nueva cocina, resultó clara desde el principio y se tradujo pronto en una serie de colaboraciones.
Estas comenzaron con Ferran Adrià en 2002, cuyo primer éxito fue el fabuloso Èspesso, el primer café sólido de la historia. Como un grupo de alquimistas, el equipo formado por Adrià y el Training Center Lavazza se embarcó en un proceso de labrado del sabor y del formato. El resultado fue el proyecto de Lavazza Coffee Design, que creó nuevas técnicas y herramientas especiales (de la esferificación al Coffee Cooler). Otras colaboraciones incluyen a los famosos chefs italianos Carlo Cracco y Davide Oldani.
Lavazza también participa en varios eventos alimentarios importantes, como Lo mejor de la gastronomía en España, Identità Golose en Italia y Festival Off (Omnivore Food Festival) en Francia.